POR: SAMUEL CEPEDA TOVAR
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Malas noticias; se trata de dos problemas no previstos, no planeados a finales del año pasado que nos permitiera elaborar una proyección a futuro sobre estrategias de acción. Así son las vicisitudes geopolíticas; pero hay algunas que impactan menos que otras; los casos del Covid 19, o coronavirus, y la guerra de precios del petróleo entre Rusia y Arabia Saudita, amenazan con ralentizar el crecimiento económico mundial y con ello afectar definitivamente a nuestro país, que si bien no ha observado crecimiento económico en el primer año del primer gobierno de izquierda, al menos existía cierto equilibrio macroeconómico que se reflejaba en la estabilidad del peso frente al dólar, pero la situación ha cambiado. Para los que se preguntan cómo un virus puede afectar la economía mundial; basta con estimar las posibles pérdidas en la industria de la aviación comercial, pues calculan pérdidas de 113 mil millones de dólares, y es que la reducción de pasajeros ha llegado hasta el 50% en algunas ciudades por miedo al contagio. De igual manera. El sector turístico podría tener pérdidas por más de 70 mil millones de dólares; y todo esto se vuelve un efecto dominó, en donde una pieza afecta a otras hasta que al final todas caen. Solamente el sector turístico representa el 10% de la economía mundial. El virus ya se ha propagado a 80 países, ha llegado a cerca de 80 países y hay más de 95.000 personas infectadas y más de 3.200 ya han muerto en todo el mundo. La proyección, hasta el momento, según la OCDE es que el PIB global crecerá un 1,5% en 2020, la mitad que la anterior previsión realizada hace tan solo cuatro meses (2,9%). Son cifras alarmantes. Para el caso de nuestro país, el sector turístico representa más del 17% del PIB nacional; lo cual sin duda nos asestaría un duro golpe a una economía que no termina de despegar. Por si esto fuera poco; Arabia Saudita, el mayor productor de petróleo, ha decidido incrementar la producción de petróleo, a pesar de que hace poco tiempo apoyaba la reducción de esta; esto ha traído que el precio del crudo se desplome. Cabe mencionar que este problema se suscitó a raíz de que los chinos, los mayores consumidores de petróleo, disminuyeran su consumo de 14 millones de barriles diarios por culpa del coronavirus que ha hecho que fábricas y negocios cierren debido a la pandemia. Cabe mencionar, que Wuhan, la sede del coronavirus, conocida como una "ciudad motor" por ser el hogar de plantas automotrices de GM, Honda, Nissan, Peugeot y Renault, representa un serio golpe a la industria automotriz consumidora de combustible. Solo para Honda, Wuhan representa aproximadamente el 50 por ciento de la producción total en China”. Árabes y rusos no pudieron llegar a un acuerdo sobre el precio final y esto ha llevado a que cada quien tome su rumbo y decida disminuir precios para trata de afectar al otro. Esta guerra de gigantes no afecta por el momento a estos grandes protagonistas, pues Rusia tiene fondos por ganancias de petróleo por la cantidad de 170 mil millones de dólares; y Arabia, es el líder de la OPEP; en el rubro, nuestra dependencia fiscal de PEMEX se ha reducido a cerca del 7% del PIB; no obstante, el peso pierde irremediablemente valor, pues ante la crisis en Asia, los precios del petróleo se desplomaron 20 por ciento en minutos y los inversionistas vendieron activos que consideraron riesgosos, tales como los pesos mexicanos, por ello el desplome frente al dólar. El mundo enfrenta dos problemas graves, derivados de una pandemia; y nuestro país, con fragilidad económica habrá de resentir seriamente el impacto si no se toman medidas inmediatas para echar andar la economía ante un escenario mundial que no es ahora el más propicio para el crecimiento. Tal vez ya sea demasiado tarde, tal vez 2020 sea peor que 2019.