POR: REDACCIÓN
Torreón, Coahuila.-
Una mujer de 20 años de edad fue la primera paciente diagnosticada con coronavirus en esta ciudad, luego de que la joven visitara Milán, Italia, el país europeo más afectado por la enfermedad que surgió en la ciudad de Wuhan, China, y que hasta el momento ha infectado a mas de 95 mil personas alrededor del mundo y causado la muerte de poco más de tres mil pacientes.
De acuerdo con información dada a conocer por la Secretaría de Salud del Estado de Coahuila, “se reporta estable a la paciente que dio positivo a COVID 19 coronavirus en la Ciudad de Torreón el pasado fin de semana”, y hasta el momento (jueves 5 de marzo), “no se tienen registrados nuevos casos”. Asimismo, se informó que las personas que mantuvieron contacto con la paciente continúan en “aislamiento”, y se reportan “asintomáticas”.
Sin embargo, la sicosis colectiva que ha desatado el surgimiento de esta nueva enfermedad ha provocado compras de pánico por parte de la ciudadanía, que acudió a farmacias y establecimientos comerciales para comprar cubre bocas y gel antibacterial como medidas primarias de prevención, aun y cuando en nuestra región es relativamente bajo el riesgo de contagio. Por ello, es de suma importancia que la población se mantenga al tanto de la situación, se informe por los canales adecuados y evite caer en los rumores que se esparcen, principalmente por redes sociales, la gran mayoría de los cuales solo alimentan la especulación.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) se encuentra monitoreando la epidemia de manera permanente, y ha urgido a los gobiernos de todo el mundo a tomar las medidas necesarias para contener la enfermedad y así aminorar el impacto que puede tener en la población global, pues se estima que el virus puede infectar millones de personas y causar cientos de miles de muertes.
Pero, ¿por qué la preocupación es tan grande por parte de la OMS? El coronavirus prendió las alarmas por dos factores principales: el primero, su efectividad de contagio, pues se transmite por contacto, como lo haría el virus de la gripa común, y es tan resistente que, dependiendo de la superficie en la que se encuentre y la temperatura ambiente, pueden seguir siendo infeccioso durante horas, en el caso de superficies como cobre y acero, incluso durante días, en materiales como cartón o plástico. La enfermedad puede propagarse de persona a persona a través de las gotículas procedentes de la nariz o la boca que salen despedidas cuando una persona infectada tose o exhala. Estas gotículas caen sobre los objetos y superficies que rodean a la persona, de modo que otras personas pueden contraer la COVID-19 si tocan estos objetos o superficies y luego se tocan los ojos, la nariz o la boca. También pueden contagiarse si inhalan las gotículas que haya esparcido una persona con COVID-19 al toser o exhalar.
Sumado a lo anterior, se encuentra la conectividad que, nunca antes en la historia de la humanidad, permite a una persona transportarse de un lado a otro del mundo en cuestión de horas. De tal manera, que una persona que viaje de un país a otro sin mostrar síntomas puede entrar en contacto con cientos de personas durante su trayecto, esparciendo así el virus en todas direcciones, situación que está pasando actualmente, pues el coronavirus ha llegado ya a 95 países de los cinco continentes, incluido México. Por supuesto, la enfermedad seguirá avanzando, y esa es la preocupación principal de la OMS, pues incluso ya se han confirmado casos de mascotas contagiadas de coronavirus por humanos.
Asimismo, la OMS ha hecho un llamado a los gobiernos del mundo, que no se han tomado con la seriedad debida el problema que representa la aparición de este nuevo virus (Donald Trump, fiel a su costumbre, ya desestimó las cifras oficiales de muertes), pues en algunos países consideran que la tasa de mortalidad del coronavirus no es mayor al de otras enfermedades. Y es verdad, pues dependiendo de la calidad de los sistemas de salud de cada país, el coronavirus tiene una mortalidad que va del 0.7 al 4 por ciento por cada cien casos registrados. De acuerdo con datos de la OMS, el porcentaje de muertes por coronavirus, en promedio, se establece en 3.4%.
Por tanto, no son pocos los gobiernos que parecen no tomarse en serio al coronavirus, debido a su baja tasa de mortalidad. Pero entonces, ¿para qué elevar la alerta a los niveles que ha llegado la emergencia por coronavirus? Muy sencillo: al tratarse de una enfermedad nueva, no existe un tratamiento para combatirla, es decir, no hay, en todo el mundo, un tratamiento específico para COVID 19. La recuperación de cada paciente depende, básicamente, de su propio sistema inmunológico, y el desarrollo de una vacuna podría tardar meses, antes de poder aplicarse en humanos, lo cual quiere decir, que seguiremos viendo el avance del coronavirus sin que tengamos un arma para defendernos.
Sin embargo, tampoco se trata de caer en el pánico y la desesperación, pues adoptando algunas medidas sencillas de protección se puede evitar el contagio de manera efectiva. Es importante señalar, que el uso de cubrebocas no evita el contagio, pues el virus es tan pequeño que supera sin problema esta barrera física. Por ello, lo más importante es lavarse las manos de manera frecuente, limpiar superficies de riesgo, evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca (algo que hacemos sin darnos cuenta), no saludar de mano o beso, y principalmente, no automedicarse, acudir inmediatamente al médico en caso de presentar síntomas como fiebre, dolor de garganta, tos y dificultad para respirar.