POR: REDACCIÓN
Torreón, Coahuila.-
Fue en las instalaciones del jardín de niños Juan Escutia, ubicado en la colonia Residencial La Hacienda, donde Humberto “N”, alias El Lobo, presuntamente abusó sexualmente de ocho menores de edad, a quienes realizaba tocamientos cuando salían del salón para ir al baño. En al menos uno de los casos, de acuerdo con los exámenes que les fueron practicados a las pequeñas afectadas, se demostró que hubo violación.
El hoy imputado, quien se desempeñaba como conserje, se encuentra ya recluido en el Centro de Readaptación Social (CERESO) de esta ciudad, donde estará por lo menos los próximos tres meses en lo que continúa el proceso legal que enfrenta.
Fueron los mismo padres de familia quienes denunciaron a Humberto “N”, la mañana del 29 de enero, quienes se apostaron a las afueras del plantel exigiendo cuentas a la directora del plantel, hoy separada de su cargo, pues presuntamente encubría las fechorías cometidas por El Lobo, quien fue detenido luego de que los padres de familia de seis de las ocho pequeñas afectadas presentaran pruebas en su contra.
Al ser presentadas las pruebas, se giró la orden de aprehensión por el delito de violación impropia a persona menor de 15 años, agravada por ser cometida con abuso de confianza y dentro de un recinto público. Como consecuencia, Humberto “N” fue separado de su cargo como intendente del jardín de niños Juan Escutia.
Asimismo, Dalila Palafox, directora de la institución, también fue temporalmente relevada de su cargo en tanto concluyen las indagatorias y de determina si tuvo algún grado de responsabilidad en los hechos, pues los abusos se dieron en los baños de la escuela, justo frente a la dirección desde donde despachaba la removida directora, a quien los padres señalan por no haber sabido “proteger a sus hijos”.
Y mientras se lleva a cabo el proceso penal, madres de familia de las pequeñas afectadas han denunciado una campaña de miedo en su contra, pues han recibido llamadas de números desconocidos y han observado vehículos rondar por sus hogares, por lo que han solicitado una reunión con el gobernador Miguel Ángel Riquelme para exponerle personalmente la situación por la que pasaron sus hijos y la que viven ahora por el acoso que están sufriendo.
El caso ha provocado un miedo colectivo en la sociedad en general, pues en los últimos meses se han presentado una serie de eventos que parecen demostrar que ya no hay lugar seguro para los pequeños. Basta recordar que apenas en el mes de enero, en las instalaciones del Colegio Cervantes un alumno disparó en contra sus compañeros, hiriendo a cinco de ellos y al maestro de educación física, y quitándole la vida a su maestra de 50 años para después suicidarse.
Apenas un mes después, la noticia de que Humberto “N”, presuntamente habría abusado sexualmente al menos a ocho niñas, nos recuerda que no se puede ser prudente en extremo cuando se trata de cuidar a nuestros hijos. Que esto haya sucedido en un recinto como lo es un plantel educativo lo hace todavía más escandaloso, pues las instituciones educativas cumplen con una doble función social: primero, para educar a los menores que acuden desde sus primeros años a las aulas, y segundo: cumplen la función de guarderías mientras los padres de familia salen a trabajar para ganar el sustento.
Por lo anterior, es de esperar que el caso causara tal conmoción, pues mientras los padres de familia confiaban la seguridad de sus hijos a la escuela, estos eran abusados por un hombre que les dejo un daño que les llevara años superar pero que nunca podrán olvidar.
Primero fueron las iglesias las que dieron la nota al conocerse el abuso de miles de pequeños por parte de personajes que, en su momento, fueron considerados santos y fueron figuras del catolicismo a nivel mundial, como el tristemente célebre Marcial Maciel. Ahora, es en las escuelas donde parece que se ha perdido la inocencia. Lo dicho, parece que ya no hay lugar seguro para los niños.