POR: EUSEBIO VÁZQUEZ NAVARRO
evnpanorama@hotmail.com
* A propósito de mi reciente artículo sobre valores en lugar de mochilas;
* Y la ponchadura de mi bicicleta en la Secundaria Federal número Uno
* Me escribe mi alumno Iván Torres Chávez, el autor de la “travesura”,
* Y en honor a la vigencia de los valores morales, le dedico este texto.
TORREÓN, COAHUIILA
Gratísima sorpresa produjo en mi alma y corazón, el hecho de que a la bandeja de entrada de mi computadora ingresara un mensaje electrónico con el siguiente contenido: Querido profesor Eusebio. Le escribe Carlos Iván Torres Chávez, del grupo de tercero J de la Escuela Secundaria Federal No.1 (turno Vespertino): “Yo ponché su bici. Gracias a su enseñanza, aprendí a conducirme con la verdad. Qué más le puedo decir. Dios lo bendiga: Carlos Iván Torres Chávez.”
Y es que, trataré de explicar el contexto. En mi artículo titulado VALORES MORALES EN LUGAR DE MOCHILAS SEGURAS publicado en este Semanario el 27 de enero de este 2020, reseñé un incidente que me sucedió en la Escuela Secundaria de referencia en 1984, cuando utilizando mi bicicleta inglesa negra me trasladaba de mi casa a la escuela de mi adscripción, en cierta ocasión me la poncharon en el aula del grupo al que más confianza le tenía, mientras yo impartía mis clases en los demás grupos del tercer grado que atendía. Y se me ocurrió agregar que ojalá leyera el artículo el autor de lo que en aquel tiempo para mí era una fechoría y ahora pues, un caso del día a día: de un alumno enojado porque no le acepté un trabajo que pudo haberle frustrado su egreso del nivel de Secundaria.
Al gusto y satisfacción que experimenté por el detalle que no está para desperdiciarse, ya hicimos contacto Iván y yo todo quedó aclarado 36 años después y esto gracias a que alguien que tuvo al periódico Sin Censura de la fecha indicada tuvo acceso al periódico y al artículo mío lo “subió” a un grupo de las redes sociales y se hizo el contacto.
Y aprovecho este asunto que pone de manifiesto la vigencia y práctica de los valores, para ratificar por enésima ocasión este problema que en medio de la “modernidad” y el desenfreno deja de lado esta importantísima práctica. Y no está por demás ratificar lo que ya se ha expuesto: los valores se forman en el seno del hogar y se cultivan y estimulan en la escuela. No hay de otra. Hasta el próximo PANORAMA
(EVN).- #731. 10 de febrero de 2020