POR: GUILLERMO OROZCO RODRÍGUEZ
* Desde el 25 de noviembre, los restos del líder ferrocarrilero descansan en la rotonda de las personas ilustres
* Es el huésped número 117 del panteón de Dolores de la Ciudad de México
* Vivió con dignidad y conciencia revolucionaria. Murió envuelto en el manto sagrado de la dignidad y la justa medianía
* El seno de la familia de Valentín Campa fue un hogar comunista y ateo
“Con la cuarta transformación los marginados por el Estado burgués, vivos y muertos reciben la más justa reivindicación, en el caso de Valentín Campa y José Santos Valdés tendrán un merecido sepulcro de honor, llegan a la Rotonda los diferentes. Irán llegando poco a poco los luchadores sociales”.
En el marco del centenario de la fundación del Partido Comunista Mexicano que surge el 24 de noviembre de 1919, se honra la figura del incorruptible luchador social Valentín Campa Salazar.
El PCM es un partido histórico de la izquierda mexicana, a lo largo de su historia sufrió escisiones, reunificaciones, pasos por la clandestinidad, guerra sucia y cambios doctrinarios. El PCM fomentó la formación de varios de los más trascendentes sindicatos nacionales de la industria, así como de múltiples organismos independientes de campesinos y sectores populares en la historia de México. Es considerado como el partido fundacional de la izquierda mexicana, a pesar de sus años de clandestinidad, fue el grupo político opositor de mayor continuidad con un total de 62 años de trayectoria.
El 25 de noviembre se llevó a cabo la ceremonia de inhumación del activista Valentín Campa en la Rotonda de las Personas Ilustres, en el Panteón Civil de Dolores, Con la presencia del Presidente de la República, la Secretaria de Gobernación, la Jefa de Gobierno y familiares del luchador social. También estuvieron presentes miembros de la Cooperativa Pascual y ferrocarrileros con mantas para agradecer el gesto del Gobierno de reconocer la lucha obrera de Valentín Campa.
Valentín Campa Salazar, nació un 14 de febrero de 1904, en Monterrey; Nuevo León. Escribe en sus memorias: “En 1911, a los siete años presencie la matanza de cientos de chinos que todavía usaban trenzas”. La infamia cometida fue producto de una psicosis colectiva, se pretendía justificar el genocidio con la gran calumnia de que los chinos habían envenenado los manantiales de la ciudad; esto ocurrió en Torreón. Fue un linchamiento xenofóbico que marcaría el sentido social y el rumbo político de Campa.
Muchos como Valentín vivieron de manera modesta con dignidad y honradez, murieron envueltos en el manto sagrado de la dignidad y la justa medianía, otros desviaron el rumbo y aprendieron a usar los dos brazos, el izquierdo con el puño cerrado para simular y el derecho estirado para vivir del presupuesto público después de que fueron cooptados por el sistema. El Profesor José Santos Valdés escribió al respecto: “A pesar de su sectarismo no conocí comunista más honesto”.
En 1922 comenzó a trabajar como estibador en embarques de los Ferrocarriles Nacionales de México, en Ciudad Victoria; en ese tiempo empezó a relacionarse con la política al acudir a algunas reuniones de la llamada Gran Logia Bolchevique de Nuevo León. También en esos años se integró a las labores sindicales cuando fue nombrado miembro de la Dirección del Subconsejo Divisional de la Confederación de Transportes y Comunicaciones.
En 1927 participó en la agitación y organización para realizar una gran huelga general ferrocarrilera, por lo que la Superintendencia de la División del Golfo ordenó su destitución inmediata. Sin embargo, por presiones de la (CTC) Confederación de Transportes y Comunicaciones se le tuvo que reinstalar. Ese mismo año ingresó al Partido Comunista Mexicano, exactamente un día antes del inicio de la huelga ferrocarrilera. Como resultado del movimiento sindical fue apresado e incluso Plutarco Elías Calles ordenó su fusilamiento, lo que fue evitado por Emilio Portes Gil, gobernador de Tamaulipas.
En 1931 asistió al Congreso de la Internacional Sindical Roja en Moscú. A su regreso a la ciudad de México fue secuestrado por la policía, pero fue liberado tras una huelga de hambre. Posteriormente participó en el Comité de Defensa Proletaria y en la integración de la Confederación de Trabajadores de México, al lado de Vicente Lombardo Toledano. Desde ahí apoyó la unidad de los trabajadores, aunque mantuvo un fuerte conflicto contra el grupo encabezado por Fidel Velázquez.
En 1952 ayudó a la formación del Partido Obrero Campesino Mexicano luego de ser expulsado del Partido Comunista por haberse opuesto al asesinato de León Trotsky.
Fue uno de los principales agitadores y activistas del movimiento ferrocarrilero de 1959 al lado de Demetrio Vallejo. La represión no se hizo esperar: fue recluido en el penal de Lecumberri en mayo de 1959. Esta vez su estancia en la cárcel se prolongó hasta 1970. Ya sumados los años en que estuvo en prisión en varias ocasiones tuvo un encarcelamiento a lo largo de su vida de 13 años, 11 meses y 13 días, toda la década de los 60 estuvo preso.
Al salir de la cárcel regresó al Partido Comunista Mexicano y tuvo una activa participación en la modernización del partido. Por su trayectoria de luchador social comprometido, fue nominado candidato presidencial en 1976, aunque participó sin registro legal logró más de un millón de votos. Más adelante fue diputado plurinominal de 1979 a 1982.
En 1934, el general Lázaro Cárdenas detuvo la persecución a diversas organizaciones obreras y políticas como el PSE, el partido fue reconocido como una fuerza política leal al gobierno y Valentín Campa colaboró con Cárdenas para sofocar la rebelión del general Saturnino Zedillo.
Falleció el 25 de noviembre de 1999 y siempre conservó su reputación como uno de los personajes políticos más respetados por la izquierda mexicana.
Guillermo Orozco Rodríguez.- Diciembre 2 de 2019.