POR: SAMUEL CEPEDA TOVAR
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Se cuestiona la legitimidad de la elección de Rosario Piedra, como si su militancia o simpatía con un partido fuese un óbice directo que mermara su eficiencia como ombudsman al frente de la CNDH. Nada más falso y fuera de lugar; inclusive, hay todavía quienes afirman que por su cercanía con el presidente, Rosario Piedra no merece ni siquiera el beneficio de la duda en cuanto a su desempeño, como si la CNDH hubiese sido a lo largo de los sexenios pasados un referente mundial en cuanto a la garantía de derechos humanos; un organismo eficiente e implacable en cuanto a la defensoría de los mismos derechos en México y cuya efectividad estuviera en peligro por la designación de una respetada activista en derechos humanos que por cierto, ha padecido la tragedia de un hermano desaparecido y conoce a detalle las violaciones a los derechos humanos en México; lo que, por lo tanto, le otorga un perfil cercano en cuanto a la conculcación de derechos humanos. Al respecto, el Dr. José Francisco Báez Corona, miembro del sistema nacional de investigadores del CONACYT, en su investigación completa y bastante sugestiva, titulada: “Recomendaciones emitidas por la CNDH en México y la reforma constitucional de 2011”; da cuenta de datos y cifras que demuestran la ineficiencia del organismo defensor de derechos. El Dr. Báez inicia un recorrido histórico desde el año 2003, en que menciona más de 2000 quejas de las cuales únicamente se emitieron 96 recomendaciones de lo cual se deriva que menos del 5% de las quejas que se llevaron a la Comisión se convirtieron en recomendaciones; pero vayamos más adelante; para el año 2007, las quejas superaron las seis mil y tan solo se generaron poco más de 100 recomendaciones; llegando al 2010, las quejas aumentaron a más de 8 mil con solo 114 recomendaciones emitidas; pero vayamos más adelante; al 2015, y podemos ver otras cifras: por ejemplo, tres de cada diez pesos de los recursos de la CNDH son utilizados para la investigación de abusos en contra de los ciudadanos, mientras que los 7 restantes son para sueldos de los funcionarios; esto ubica a la CNDH como una de las más caras del mundo; por otra parte, de cada 100 quejas que se presentan, en promedio, sólo una termina en recomendación, lo que vuelve a la CNDH una de las más ineficientes del mundo; y esto tiene relación directa con el 98% de impunidad que actualmente hay en México. Los cuestionamientos sobre la imparcialidad de Rosario Piedra al haber sido candidata a diputada por MORENA son la herramienta usada por sus detractores; pero ellos mismos olvidan las cifras que han hecho a la CNDH ineficiente y extremadamente cara para el fisco mexicano, por ello, si sumamos el activismo de su familia y de ella misma en cuanto a la lucha contra la violación de derechos humanos, estamos hablando de un “perfil deseable” que va más allá de sus filias y fobias políticas; por lo que por supuesto y definitivamente, se le debe otorgar el beneficio de la duda en cuanto a su desempeño imparcial y objetivo al frente de la CNDH; pues no se puede hundir un barco que ya está hundido. Desde luego que el proceso de elección fue turbio, pero la mesa directiva del senado ha declarado la validez de la elección. Rosario Piedra tiene el gran compromiso de demostrar, que su filiación política es una cosa, y su desempeño como defensora de derechos humanos es otra; que tiene la capacidad para hacer de ese organismo, un verdadero aliado de los derechos humanos de todos los mexicanos.
