POR: ABEL ALCALÁ H.
Si este artículo lo hubiera escrito al inicio de la administración de López Obrador lo más seguro es que me tildaran de “ave de mal agüero” y que mis señalamientos nadaban en el mar de la fantasía, ahora con las evidencias a flor de piel que tenemos tanto en los hechos como en las leyes aprobadas por ambas cámaras, lo digo con toda claridad y contundencia: hay persecución contra muchas instituciones en México y entre ellas menciono las siguientes: la Iglesia y el clero; el ejército mexicano; los órganos de policiacos; la familia; la educación; los empresarios; los comerciantes y los profesionistas, entre otros.
La razón de esta persecución se debe a que los individuos que están al frente de los órganos de gobierno federal basan su actuación y desempeño conforme a su ideología que tiene su inspiración en viejas y fracasadas posturas económicas, sociales, antirreligiosas, de control del poder para tiranizar al pueblo.
Estos servidores públicos no ajustan sus acciones a los protocolos, disposiciones de leyes ni a los reglamentos que la Constitución Política y ordenamientos que de ella emanan les marcan. Siguen otro manual.
Ellos obedecen a su ideología, que es totalmente ajena a la idiosincrasia del pueblo mexicano, y esa ideología les señala toda una lista de enemigos públicos y privados a los cuales hay que someter, esclavizar o eliminar.
Iniciamos con la persecución contra el clero y los católicos, situación que no es nueva, según Wikipedia: “El anticlericalismo ha sido un factor en la política mexicana desde la independencia de España, que es atribuible a los frecuentes cambios en el gobierno y el afán de esos gobiernos para acceder a la riqueza en la forma de la propiedad de la Iglesia… casi todas las principales figuras en el gobierno eran masones y anticlericales feroces. En 1857 se aprobó una Constitución que atacó a los derechos de propiedad y las posesiones de la Iglesia… La Constitución de 1917 prohibió la enseñanza de la Iglesia, dio el control sobre asuntos de la Iglesia al Estado, puso toda propiedad de la Iglesia a disposición del estado, declaró fuera de la ley órdenes religiosas, así también fuera de la ley a sacerdotes nacidos en el extranjero…Como una reacción en contra de la aplicación estricta de los artículos anticlericales por encima de la constitución de 1917 en México, específicamente el artículo 130, estalló el conflicto armado de la Guerra cristera (también conocida como la Cristiada) de 1926 a 1929. Esta fue una guerra civil entre rebeldes católicos llamados cristeros y el gobierno mexicano anticlerical que se desarrolló principalmente en los estados occidentales centrales en México”.
En los actuales momentos sigue la persecución religiosa en contra del clero y los católicos por oponerse a la destrucción de la familia, del matrimonio, al aborto y la perversión de los infantes y jóvenes con la imposición de la ideología de género.
Otra institución perseguida, insultada y vilipendiada es el glorioso Ejecito Mexicano quien fiel a la mexicanidad les estorba en su intento de crear una fuerza opresora contra el pueblo dirigida por extranjeros y por estrategia perversa dejan sin armas y equipo de protección a las policías en su lucha por establecer el orden y disculpan a todos los delincuentes, mafias y crimen organizado en sus atentados y atroces crimines.
Esa ideología les manda mantener un estado de inseguridad, de temor, de robos, secuestros y asesinatos para que el pueblo no piense en demandar a los gobernantes su actuación y pedirles cuenta.
Persiguen a la familia y al matrimonio heterosexual pues lo consideran manifestación del conservadurismo, de los fifís, cultural de los católicos y a cambio desean imponer la promiscuidad, uniones por instintos, relaciones de todos contra todos y en esto esos funcionarios son ejemplo de lo que desean implantar.
Destruir la educación basada en la verdad, en el sentido común, someter o eliminar a los empresarios, comerciantes y profesionistas, pue ahora todos debemos estar al servicio del estado o de un solo hombre: El Iluminado.
Esto no es un cuento ni una advertencia es lo que está sucediendo ahora, de tí lector dependerá seguir libre o caminar a la esclavitud más perversa jamás conocida.