Torreon, Coah.
Edición:
18-Nov-2024
Año
21
Número:
927
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Antecedentes de las Luchas Campesinas en la Comarca Lagunera / 717


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Por:
Sin Censura
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06-10-2019
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Edición:

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POR: GUILLERMO OROZCO R.

* El 6 de octubre se cumplieron  83 años del histórico decreto de expropiación de las grandes haciendas algodoneras

A pesar de la violencia que significó la revolución mexicana en la que los principales participantes fueron los ejércitos campesinos, estos no lograron satisfacer sus demandas, apenas en 1916 Villa Juárez (Avilés) y Bermejillo habían logrado la expropiación de sus haciendas al amparo de la Ley del 6 de Enero de 1915. Otro apoyo legal que favoreció a los campesinos comarcanos fue la Constitución política de 1917, concretamente los artículos 27º y 123º que permitió la formación de sindicatos campesinos.

Los hacendados solamente permitían la construcción de casas de adobe a los peones de su total confianza que eran los de comportamiento más sumiso, en los alrededores vivían otros peones que al menor intento de rebeldía, solicitud de tierra,  se les destruían sus humildes viviendas  y eran expulsados y boletinados a las demás haciendas para que no se les contratara.

De 1921 a 1935 se dieron múltiples enfrentamientos entre trabajadores agrícolas y hacendados: en San Pedro de las Colonias había un gran desarrollo de organizaciones sindicales de peones acasillados y no acasillados. Por otro lado los trabajadores de la Compañía agrícola de Tlahualilo con el apoyo de jornaleros de las haciendas de la Pinta, Covadonga, el Cántabro y San Salvador, que eran administradas o arrendadas por los españoles Fernando Rodríguez y Ángel Urraza, tampoco escaparon a  movimientos de demandas de sus trabajadores. En Lequeitio el hacendado con la complicidad de la acordada, mandó colgar a Jacinto Niño al que le fabricaron delitos, como era la costumbre, el mismo era el Secretario General  de la Unión de Campesinos de  esa hacienda, nada ganaban con esas acciones, pues apenas lo sepultaron, y los  peones ya habían nombrado a Moisés Martínez  para que lo sustituyera.

Por otro lado en la hacienda de Hidalgo se llevó a cabo una reunión convocada por el sindicalista Manuel Camacho para solicitarle tierra al gobierno, al otro día con lujo de fuerza los patrones lo subieron en una plataforma junto con su familia y sus pertenencias, nunca se volvió a saber de él. Además a los que participaron en la asamblea se les destruyeron sus chozas y también fueron desterrados.

Estos movimientos y los métodos represores de los hacendados eran una práctica frecuente en la mayoría de las propiedades algodoneras. Muchos de esos abusos cobraron relevancia a nivel nacional gracias a la denuncia del inquieto y valiente Diputado independiente por Coahuila Aureliano J. Mijares que en tribuna en la Cámara de Diputados exigió al Presidente de la República una minuciosa investigación para que se terminara el contubernio entre hacendados y guardias blancas, lógicamente que la exigencia no tuvo éxito y para nada se  molestó a los dueños y administradores de las haciendas.

Los principales represores de campesinos en la Comarca lagunera fueron las cuatro compañías extranjeras que dominaban el agro: la Compañía de Tlahualilo en el Estado de Durango, la Casa Purcell, Lequeitio y Anexas y Santa Teresa del Estado de Coahuila.

Los  movimientos de inconformidad tuvieron una respuesta parcial por parte del Presidente Plutarco Elías Calles, ya que todos los comités particulares de dotación de tierras a los peones eran rechazadas, principalmente por los gobernadores de los estados que protegían a los hacendados. Decretó a partir del 23 de abril de 1927 la fundación de Colonias agrícolas en las que se dotaría a algunos de los solicitantes de tres hectáreas de riego, pero eso no calmó la inconformidad de los peones de la comarca lagunera, para dar cumplimiento a una Ley denominada de Dotaciones y Restituciones de Tierras y Aguas expedida el 23 de Septiembre de 1927. Los propietarios de las tierras por medio de la Cámara agrícola de la Comarca Lagunera pusieron el grito en el cielo y solicitaron al gobierno federal que declararan a la Comarca Lagunera exenta de afectaciones ejidales.

Las  haciendas en donde se habían presentado solicitudes de repartos y que se convirtieran en ejidos en el plazo de 1921 a 1934 fueron: El Fresno, el Mimbre, San Pedro, san Ignacio, Santo Niño, Ojuelos, San Lorenzo, san Francisco, Santa Lucía, la Rosita, San Manuel, Matamoros, El Tajito, San Antonio de los Bravos, Santa Ana del Pilar, Los Ángeles, Coyote, el Gatuño, la Presa de Guadalupe y otras. Todas las solicitudes fueron contestadas en sentido negativo.

Ante el poder económico de los terratenientes el gobierno federal se doblegó y el 15 de noviembre de 1934 el Presidente Abelardo L. Rodríguez expidió los decretos de creación de solo dos distritos ejidales, uno en el municipio de Viesca; Coahuila y otro en el de Gómez Palacio; Durango, en ellos se acomodaron alrededor de mil campesinos en tierra demasiado malas y con pocos recursos económicos. Esta medida fue una simulación, pero se anunció pomposamente que ya estaba resuelto el problema agrario en la Laguna y ya no se recibieron más solicitudes de comités particulares.

En adelante la lucha de los trabajadores dirigió a demandas proletarias, tal vez con la influencia del Partido Comunista Mexicano. El movimiento más importante previo al reparto de tierras en la laguna fue la huelga de Manila. Manila es el nombre de una hacienda de la Comarca Lagunera, perteneciente al municipio de Gómez Palacio, Durango. Ahora es un ejido, allí, en 1935, se realizó una huelga de peones agrícolas, que no solo resultó victoriosa, sino que fue además el antecedente de una huelga general de 35 000 peones agrícolas de la Comarca que culminó con el reparto agrario de 1936. Este movimiento contó con el apoyo solidario de trabajadores de la ciudad.

La primera huelga de trabajadores agrícolas de la Comarca Lagunera Estalló el día 11 de Junio de 1935 y triunfó el 4 de agosto de ese mismo año. La importancia de este movimiento es que los peones agrícolas exigieron a sus patrones el cumplimiento de la Ley Federal del Trabajo.  Ni siquiera pasaba por la mente de esos humildes campesinos la lucha por la tierra. En ese movimiento proletario surgen los Sindicatos Rojos, organizados por el Partido Comunista Mexicano, entre los que destacan líderes como Tomás Palomino Rojas, Domingo Garibaldi, Cruz Chacón Sifuentes, Manuel Murúa y otros.

Las demandas de los trabajadores consistían principalmente en:

* La firma de un contrato colectivo de trabajo

* Jornada laboral de ocho horas

* El aumento salarial a un peso con cincuenta centavos diarios, y

* La intervención o vigilancia de un representante del sindicato al momento de pesar el algodón recolectado.

Los hacendados rechazaron todas las peticiones de los jornaleros, incluso la última, con la que aceptaban de manera tácita,  el robo de kilogramos que hacían a los pobres trabajadores al momento de pesar su algodón.

Ante la presión popular el presidente Lázaro Cárdenas  expide un histórico decreto mediante el cual se expropian y reparten las grandes haciendas algodoneras de la comarca lagunera el 6 de octubre de 1936.

Fuente: Riera Fullana Juan.- Ejido Colectivo Batopilas, Luna Ortíz José.- Manila una huelga exitosa de peones agrícolas, Orozco Rodríguez Guillermo.- Luchas campesinas en la comarca lagunera

Guillermo Orozco Rodríguez.- 0ctubre 7 de 2019

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