Dos amigos se encuentran en un ultramoderno edificio de oficinas.
Hola Juan, ¿cómo te va?, ¡De maravilla!, Carlos, muchas gracias. A propósito, te felicito, ¡Que hermosa secretaria tienes! Pues ahí donde la ves, resulta que es un robot. ¡¡¡Ah!!! ¿un robot? A ver explícame.
Mira además de guapa, domina siete idiomas y once códigos alfanuméricos. También sabe utilizar la computadora, conoce el sistema que tú le digas.
Y si le aprietas la teta izquierda te toma dictado, apretándole la derecha te repasa la agenda.
Además, si le lengüeteas la oreja derecha te sirve café, le lengüeteas la izquierda y te pone el azúcar. Y eso no es todo… “Hace el amor mejor que cualquier mujer de carne y hueso". ¡¡¡No me digas!!!
¡¡Como te digo!! Sí, es una maravilla.... Es más... si quieres te la presto una rato para que te ayude en tu trabajo.
Carlos acepta y se la lleva supuestamente a su despacho. A los pocos segundos desde el baño se escuchan unos gritos espeluznantes: ¡Aaayyy! ¡Aaaauuuxxiilliiooo! ¡Aaaayyuunnddeemmmeeee!
Al oírlos Juan el dueño del robot sale corriendo hacia el baño gritándole al amigo: ¡¡¡Juaannn!!! ¡¡¡Juan!!! Perdona, pero se me olvidó decirte que por allá... ¡¡¡¡ES UN SACAPUNTAS!!!!