Torreon, Coah.
Edición:
29-Abr-2024
Año
21
Número:
902
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TRINADAS / 712


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Por:
Sin Censura
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31-08-2019
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Edición:

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Tengo algo que confesarte...

La Trina estaba en su lecho de muerte. Su esposo, el Trino, mantenía constante vigilia a su lado.

Él sostenía su frágil mano, y mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas, él oraba por su esposa.

Ella lo miró y sus pálidos labios comenzaron a moverse quedamente:

- “Mi amado Trino” susurró.

- “Calla mi amada” dijo él “Descansa. Shhh. No hables.”

Ella, insistentemente, dijo con cansada voz:

- “Tengo algo que confesarte”.

- “No hay nada que confesar” dijo sollozante el Trino

- “Todo está bien, duerme...”

- “No, no, yo debo morir en paz, Trino.

- “Yo me acosté con tu hermano, tu mejor amigo y tu padre.”

- “Ya lo sé, replicó el Trino... ¡POR ESO TE ENVENENÉ !”

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