POR: AGENTE 57
ARRANCAMOS… REGENERACIÓN una tarde de 1744, el suizo Abraham Trembley andaba por los alrededores de Sourhvliet, Holanda, cuando notó unos extraños cuerpos en el agua del estanque. Al acercarse a verlos, notó que eran <<hydras>> que el naturalista Leeuwenhoeck había clasificado, unos años antes, como plantas. Su comportamiento le extrañó: parecían agitar sus tentáculos para meterse a la boca pedazos de otras plantas, arena o pequeños insectos. Las tomó y pudo sentir sus contracciones al tacto. Llevó entonces varias <<hydras>> en un frasco y, de regreso al estudio en el que le enseñaba a los hijos del Conde de Bentinck, las cortó para ver si sus tentáculos funcionaban como cogollos para hacer injertos, como se hace con las plantas. Para su asombro, observó cómo de cada tentáculo cortado surgía una <<hydra>> completa, otra vez. Intrigado, las enhebró, y jaló para hacer que el interior fuera su exterior, como se hace con un calcetín. En minutos, lo que había sido su ser íntimo, ahora parecía su fachada. Esa fue la primera vez que alguien habló de <<regeneración>>. El descubrimiento de la regeneración, relatado en el libro de Trembley, Memorias para la historia de un tipo de pólipo de agua dulce cuyos brazos parecen cuernos, desató una fiebre popular por observar de primera mano el fenómeno. Escribe Newth sobre esta calentura antes de que la Revolución francesa les cortara el cuello a los monarcas y éstos no volvieran a salir: <<En 1768 los caracoles de Francia sufrieron un ataque sin precedentes. Miles de ellos fueron decapoitados para saber si, la pérdida de la cabeza no necesariamente traía consigo la muerte. Fue la primera de las ramas de la experimentación científica que realmente se popularizó>>. En un inicio, algunos eciclopedistas tomaron el asunto a relajo. El mismo Voltaire se burló de esos <<pólipo-insectos>> que se <<parecen a un animal tanto como una zanahoria>>. Diderot, en El sueño de Alembert, inventó para la ciencia-ficción la planta depredadora que habitaba Júpiter y Saturno. Más serio, Rousseau enlistó <<la regeneración>> como uno de los siete problemas filosófico-científicos sin solución. Por un lado, la <<regenración>> reforzaba la idea de que el mundo estaba organizado en una escala que iba de lo más simple hasta llegar a la cúspide del <<Hombre>>. El <<pólipo>> era el eslabón perdido entre las plantas y los animales. Naturalistas como Charles Bonnet dedicaron el resto de sus vidas a encontrar esos eslabones, por ejemplo, entre rocas y vegetales, a la manera de Aristóteles, pero lo que contradecía al filósofo griego era la necesidad de la regeneración sólo por la vía de aparearse dos sexos. Si un organismo podía regenerarse, quízas la unidad de la naturaleza no era tal. Así, para protegerla, los naturalistas viviseccionaron cuanto animal encontraron parecido a la especie del agua dulce: serpientes, cangrejos, ranas, gusanos. Los obispos atribuyen el nacimiento de Eva de la costilla de Adán <<a la manera de pólipo>>. Lo lo que no pudieron resolver fue la pregunta blasfema: si una parte puede ser el todo, ¿dónde se aloja el alma? Era la primera vez que la parte arrancada- en salamandras o la cola de las lagartijas- no moría, sino que generaba por sí misma, orientada por una conciencia perturbadora, una nueva vida. Diderot sentenció que << las propiedades de la vida eran distribuidas en todo el cuerpo>> y que el alma, simplemente, no exitía o, contra el credo religioso, era divisible. Se volvió entonces al añejo debate de si los animales – los <<pólipos>> - tenían o no alma o si eran sólo una conjugación automática entre <<materia y movimiento>>. En todo caso, la <<regeneración>> puso en juego separarse de algo para replicar lo perdido. Además de los guillotinamientos, la metáfora naturalista mudó a lo social con la Revolución francesa. En México, el nombre de los hermanos Flores Magón le pusieron a su periódico para luchar contra la dictadura de Porfirio Díaz se justificaba así, en su primera edición, la del 7 de agosto de 1900: << Este periódico es producto de una convicción dolorosa>>. Todavía veían el problema nacional como una desviación de la justicia. << Las reelecciones de Díaz, la corrupción y la ausencia de libertades, pueden ser enfrentadas con un medio periodístico que haga del conocimiento público las atrocidades cometidas por los poderosos. >> En 1900, antes de las cárceles y el exilio, Ricardo y Jesús no eran anarquistas, es decir, veían la solución como una separación para restaurar lo perdido: <<Nosotros no tenemos la pretensión de constituir una falange, pero nuestro vigor y patriotismo nos indican buscar un remedio y, al efecto, señalar y denunciar todos aquellos actos de funcionarios judiciales que no se acomodan a los preceptos de la ley escrita, para que la vergüenza pública haga con ellos la justicia que merecen>>. Es el mismo México de ahora, en el que la justicia sólo la hacen los medios.
MI VERDAD.- “La victoria es un movimiento y millones de formas que tiene la Regeneración”. NLDM