POR: PEDRO BELMARES O.
La vida está llena de lecciones, entre buenas y malas, pero sin duda, el retar a las enfermedades día con día, es una lección de valentía y es la más grande para mí, aunque yo no quisiera mencionar el nombre de este gran ser humano, que siempre me ha dejado perplejo de cómo ha luchado en la vida y mi manera de ver su vida: también ha vencido a la muerte en muchas ocasiones.
Desde que lo conozco no ha dejado de estudiar y de leer infinidad de libros, es por eso su infinita sabiduría, cuando fue joven le apasionaba su trabajo, él me platicaba, que empezó limpiando anaqueles y el mostrador de una refaccionaria, pero en sus tiempos libres se dicaba a estudiar los catálogos, en esos mismos momentos soñaba con lograr su negocio propio, pasaron varios años hasta que por fin lo consiguió; después de eso pareciera que todo iba bien.
Pero no fue así, después de un fracaso pensaría uno que nadie se puede levantar al día siguiente, más aun pareciera que la vida se burlaba de él, pues todos los proveedores le negaron la mano para levantarse, pues al perderlo todo, bueno casi todo, se levantó y se forjó su meta de comenzar de nuevo aunque ahora era más difícil.
Así han pasado 27 años y cosechó lo que un día sembró, le ha dado a sus hijos y a sus nietos esa gran lección que nadie y nada puede tirar, y si te caes te puedes levantar una y mil veces más.
Ese hombre a mí me sigue enseñando, el perderle el miedo a vencer a los retos que la vida te pone, y a mí me falta mucho para ser como él.
Ese hombre es mi padre…