POR: EDUARDO GRANADOS PALMA
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Que manera de tratar a un aliado! Históricamente nuestro país ha sido aliado estratégico de los Estados Unidos no solo por mantener más de tres mil kilómetros de frontera, sino porque de una población de casi 57 millones de latinos en nuestro vecino del norte, más del 63% es de origen mexicano, es decir, más de 36 millones. Pero para el presidente Donald Trump el impacto de cualquier acción contra su aliado estratégico es irrelevante. Como un estandarte electoral para su próxima campaña de reelección presidencial, anunció que a partir del 10 de junio su gobierno aplicará un arancel del cinco por ciento a todos los productos importados de México. El presidente explicó que la decisión se debe a lo que considera una actuación pasiva del Gobierno de México en cuanto al combate de la migración ilegal hacia su país. La relación entre México y Estados Unidos es amplia y profunda. La importancia estratégica del diálogo entre México y Estados Unidos define una agenda integral, franca y constructiva en temas prioritarios y de interés común. México mantiene un diálogo fluido y constante establecido con las contrapartes de Estados Unidos, a fin de avanzar en los temas de la agenda común. Los objetivos de la política exterior de México buscan ampliar y fortalecer la presencia de México en el mundo. Con Estados Unidos se trabaja para continuar impulsando la imagen de México, fortalecer y consolidar la agenda bilateral y construir nuevas etapas de diálogo y negociación sobre la base de la responsabilidad compartida y el respeto mutuo. México es el tercer socio comercial de Estados Unidos y el primer destino de las exportaciones de California, Arizona y Texas, y el segundo mercado para otros 20 estados. Aproximadamente cinco millones de empleos en Estados Unidos dependen del comercio con México y cada minuto se comercia cerca de un millón de dólares. La frontera de 3,140 km. que une a México y Estados Unidos es la más transitada del mundo. Un millón de personas y trescientos mil vehículos cruzan diariamente esta frontera. La amenaza del presidente estadounidense incluye el subir ese gravamen gradualmente hasta llegar al 25 por ciento en octubre. La eliminación de los aranceles se dará cuando el Gobierno de EU determine con su discreción y criterio que la administración de México ha cumplido con su parte para solucionar el problema migratorio. Los aranceles sobre México, junto con una medida de la Casa Blanca para despojar a India de una designación que exentaba al país de ciertos aranceles, abrieron un nuevo frente en la política comercial de Trump. También pondrá en peligro los empleos estadounidenses y el T-MEC, un pacto comercial revisado de América del Norte que aún no ha sido ratificado. Sin embargo la verdadera emergencia es que cada año miles de personas inocentes, familias y niños en Centroamérica, no tienen otra opción que abandonar sus hogares para escapar de la violencia, las bandas criminales, la inestabilidad, la pobreza y las dificultades económicas. Según las estadísticas gubernamentales, en abril fueron deportados de México aproximadamente 15.000 migrantes, un gran aumento frente a los casi 9100 deportados en marzo. En los últimos dos meses, el gobierno de López Obrador deportó un 67 por ciento más de personas migrantes que la cantidad deportada por su predecesor durante ese mismo periodo en 2018. Y conociendo a Trump no va a dar marcha atrás. Ha encontrado en su país vecino, hermano y aliado el estandarte electoral que no consiguió frente a la crisis venezolana con Maduro, la guerra comercial con China, las acusaciones de espionaje de Rusia y el control del desarrollo nuclear de Corea del Norte. Pero ya encontró su frente perfecto, nosotros.