POR: ABEL ALCALÁ H.
Los mexicanos padecemos la incertidumbre de no saber en manos de quién estamos, sabemos que tenemos un presidente, un sistema bicameral; diputados y senadores y un poder judicial, gobiernos estatales y municipales, aun así no tenemos la certeza de que nuestra república goza de la soberanía e independencia de manera absoluta.
El territorio nacional con todas sus riquezas siempre ha sido un platillo muy codiciado por otras potencias con aspiraciones hegemónicas que buscan apoderarse de los bienes por los medios más sofisticados que tienen a su alcance.
En las condiciones actuales en que se encuentra la república mexicana con sus enfrentamientos internos, con la promoción del divisionismo entre los sectores sociales, con aparatos y estructuras gubernamentales obesas, costosas y deficientes, con leyes y normatividades que atacan y ofenden a la cultura e idiosincrasia del pueblo y sin planeación gubernamental ni empresarial de largo plazo, somos totalmente vulnerables y tentación para que esas potencias incrementen sus operaciones en nuestro territorio para dominarnos y someternos con facilidad.
Aunque las operaciones que realizan esas potencias directamente o a través de organismos títeres y disfrazados que guardan total fidelidad a sus objetivos de dominación, son ocultas y disfrazadas, sus efectos y consecuencias nos hacen deducir el grado de avance que llevan en sus metas y objetivos.
Las potencias quieran dominar a otro país libre y soberano saben que su objetivo principal es destruir por dentro a esa república.
Para lo cual ponen énfasis en operaciones encubiertas no violentas para dividir; engañar; desinformar y someter a la nación escogida.
Si observamos los pasos mencionados; dividir, engañar, desinformar y someter, comprenderemos por qué es de suma importancia para esas potencias sembrar la división entre los mexicanos y en un análisis de poca profundidad constatamos que somos un pueblo muy dividido, es decir, no hay cohesión entre los mexicanos.
Somos fácil víctimas del engaño y la desinformación, vivimos llenos de noticias demagógicas y falsas que alientan nuestros propios servidores públicos, los medios masivos de información en radio, televisión y prensa, y los equipos que se organizan para invadir las redes sociales.
La operaciones de sometimientos van muy avanzadas, mucho del territorio nacional ya lo controla a través de sus caballos de Troya que inofensivamente introdujeron al país, tiene grandes extensiones de tierras, controlan el sistema financiero nacional pues la mayoría de los bancos son de capital extranjero, tiene toda clase de empresas e industrias en las ramas comercial, de manufactura, de extracción de mineral y de petróleo, etc.
Chequen en sus pláticas, cometarios y opiniones cotidianos entre los mexicanos y se percatarán que nos anestesian con sus ideologías y programas idiotizantes para mantenernos ocupados y no veamos su invasión y dominio.
Mientras que los mexicanos gastamos nuestras mejores energías en divisiones internas, en aliarnos con los enemigos inconscientemente, en destruir los bienes comunes, en mal educarnos, en descalificarnos en lo político, social y cultural, en dar poca atención a los pobres, nuestros enemigos se complacen en vernos autodestruirnos.
Tenemos que desenmascarar a los enemigos internos y externos, denunciarlos públicamente ya sean individuos, mafias, corporaciones u organismo con membretes de la ONU, UNESCO, BID, FMI, etc., y cohesionarnos en nuestra cultura, idiosincrasia y valores y presentar un solo frente contra quienes quieren someternos y robarnos el territorio nacional.