POR: SAMUEL CEPEDA TOVAR
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La gran vértebra del sistema educativo de la Universidad Autónoma de Coahuila, aquélla que guía su camino por la senda del desarrollo, ha llegado a su fin después de 43 años. El estatuto universitario que fue creado en los años setentas, hoy muestra un natural desfase en cuanto a su contenido producto de las vicisitudes que se han presentado a lo largo de 40 años en nuestra sociedad. Si bien la autonomía es la esencia de la UAdeC, esa autonomía conlleva una serie de responsabilidades que obligan a la universidad a modificar su contenido adecuándolo al nuevo contexto en el que se encuentra inserta nuestra sociedad. Además, la UAdeC debe reformular su compromiso con la sociedad coahuilense y atender tópicos y necesidades axiales para el desarrollo de nuestro país. En lo personal, si pudiera precisar los temas torales de esta gran reforma al estatuto, definiría cuatro grandes rubros: transparencia, equidad de género, desarrollo sustentable y derechos humanos. Desde luego que existen otras bondades, pero muchas de ellas solo legalizan varias de las acciones que ya se han venido haciendo dentro de la universidad, solo que sin regulación específica. Hablar de transparencia es hablar del correcto proceder tanto de funcionarios como de procedimientos administrativos y académico dentro de la universidad. No solo porque la regla actual es que existen ahora legislaciones como la ley general de contabilidad gubernamental o la ley general de responsabilidades administrativas u otras disposiciones que velan por la transparencia y el uso adecuado de los recursos públicos, sino porque la misma universidad ha sido lastimada por personas nefastas que han abusado de la misma en otras administraciones tanto en la unidad central como en las escuelas y facultades; es por ello que la transparencia debe ser una hoja de ruta para el proceder diario de la máxima casa de estudios de Coahuila. Por otra parte, en el año 2011, se elevan a rango constitucional los derechos humanos en nuestro país, por lo que la UAdeC debe hacer esfuerzos considerables en este tema para brindar justicia y respeto a los derechos de todos los universitarios. La equidad de género es un aspecto que debe llevar igualmente especial atención, es la igualdad de oportunidades y el respeto irrestricto tanto para hombres como para mujeres, se trata de la equidad de género, que cabe mencionar, es un tema que ha recibido un impulso bastante considerable en aspectos como el electoral, y que la universidad sin duda debe institucionalizar en todas sus acciones. El desarrollo sustentable, finalmente, muestra el sentido humano y social de la universidad. No se puede solo preparar técnicamente a los próximos profesionistas, sino que deben egresar formados con prácticas amables con el medio ambiente que armonicen el desarrollo económico con el respeto a la naturaleza. Se reconoce sin duda alguna el liderazgo que el Rector de la UAdeC, Salvador Hernández Vélez ha mostrado con su firme compromiso de poner orden en la universidad, sin embargo, faltaba reformar lo principal: las leyes internas universitarias. Y en un inmenso proceso cargado de transparencia, se llevaron a cabo asambleas, reuniones, tertulias en cada rincón de la universidad, culminando con la aprobación de la reforma al estatuto por su máxima autoridad: los consejeros universitarios. Solo falta un paso, se trata de la legitimación, por ello, el 23 de este mes es un día histórico para nuestra universidad, pues votaremos en plebiscito la aprobación de dicha reforma. Una vez más los universitarios estamos llamados a ser parte de la historia, a ser cómplices de esta gran reforma.
