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Edición:
18-Nov-2024
Año
21
Número:
927
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LA COMEDIA SOCIAL Y COTIDIANA / 703


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Por:
Fidencio Treviño Maldonado
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27-05-2019
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Edición:

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LA COLUMNA DE FIDENCIO TREVIÑO /

POR: FIDENCIO TREVIÑO MALDONADO

 

Siglo veinte cambalache, todos embarrados en el mismo lodo, el que no llora no mama y el que no se mueve es un gis...

Tango Cambalache… (J. Santos Discepolo)

 

Honorato (Honoré  de Balzac), entre 1833 a 1835, meses más, días menos; escribe un tratado de los que fue la "Vida elegante" y que algo tiene que ver con su obra / La Comedia Humana/, descarnando y descarado como fue su costumbre el escritor francés, delata a la sociedad francesa en sus trabajos y afanes de aparentar lo que no son, simulaciones que a casi dos siglos de estos escritos las comedias sociales son cotidianas y ahora costumbre y no novedad.

En la actual época, somos una mala copia y tal vez una caricatura de lo que nuestros antecesores fueron, la imitación a todo lo que parezca o sea novedad en tecnología, en modernidad de aparatos, vehículos, máquinas frías que venden vía tiempo datos, que ofrecen risas y muchas mentiras, noticias que no son novedades, sofismas elitistas de la moda que se les copia a los ídolos de moda, es decir, el hombre se sigue retratando en sus Dioses.

Estamos, queramos o no, inmersos en lo cotidiano; comida rápida, muchas veces con trabajos que nos disgustan y, sin embargo, nos mantienen ocupados robándonos el tiempo, empecinados con el espejismo de superar al amigo, al vecino, al compañero de trabajo, tomado clases de superación personal, asistiendo a conferencias de X compañía, sin saber que es una didáctica conductista en pos de producir más para quien se trabaja, la superación material es para los monopolios que mandan y manejan ellos, es decir, a nadie en esta batalla de depredadores le interesa el casto y puro sentimiento, sin siquiera emitir una dosis de fuerza o voluntad para safarse de esa hoguera en donde las alas de cera se queman y los sentimientos se esfuman.

La comedia social en donde muchos burócratas, que incluye a personas letradas, al estar en sus mullidos sillones la mayoría de estos burócratas se convierten en maquinas, incluso, bajando más su escala social, vegetando en sus trabajos y algunos llegando al grado de la estupidez debido, muchas veces, a la falta de movimiento de la mente, sirviendo sólo a lo que le dictan sus superiores. En la actualidad, (y desde tiempos inmemoriales), lo cotidiano ha sido etiquetar las clases sociales, así como se hace con las edades de los individuos, y es la sociedad quien etiqueta y cambia el nombre y apellidos por simples números, catalogados si eres trabajador, rico, famoso, pobre, incluyendo hasta la preferencia sexual en algunos casos, etc.

Presente está también la estética del cuerpo según la moda y la época. Por ejemplo, el hombre rico y el pobre siempre serán criticados, el pobre tendrá baja la cabeza, el rico levantará la cabeza; el primero, por lógica, siempre será esclavo condenado por la miseria; el segundo, lo fue y, tal vez, seguirá  siendo un esclavo de su propia vida para mantener su estatus, la clásica obra teatral de la vida. Emmanuel Kant decía --que el individuo en toda su vida, larga o corta, son más los eventos ridículos que hace que actos luminosos---, y esto mismo, de otra manera, lo dijo el premio Nobel de literatura, Ernst Hemingway, -- todos los ridículos de la sociedad, recorren el mundo en sus bajas, medianas y altas esferas, y no importa el nombre sexo o estatus, el ridículo lo puede hacer hasta estando dormido-- ¿Cómo?-- le preguntaron algunos --Roncando-, contestó el escritor de El Viejo y el Mar.

La comedia actual en el mundo social, económico, político, de justicia, convulsionado por guerras de mafias y terrorismo religioso y hasta el plagio de las artes, parece estar en manos de locos que son protagonistas de estos sucesos, mientras nosotros somos ávidos espectadores y sólo tristes antagonistas de los acontecimientos; escuchamos lo que nos cuentan y a diario nos bombardean los miles de comunicadores en esta triste y muchas veces tenebrosa comedia humana que estamos viviendo en pleno siglo XXI, en donde se esconde la realidad y se cuenta la ficción y que cómo están las cosas se sigue hablando mucho, para decir muy poco. Nada que ver con las inconmensurables comedias y tragedias de Moliére y Petrarca...

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