POR: GUILLERMO OROZCO R.
La historia del SNTE se circunscribe a un sindicato cuyos liderazgos han servido y obedecido ciegamente al Estado mexicano.
Al presidente Manuel Ávila Camacho le interesaba que el sector magisterial estuviera al servicio del régimen, por lo que auxiliado por el Lic. Antonio I. Villalobos presidente del Partido de la Revolución Mexicana quien interviene como árbitro se convoca a un Congreso de unidad magisterial, el cual se efectúa en la Ciudad de México el 30 de Diciembre de 1943. En esta fecha y en este congreso surge el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.
Al frente del SNTE quedó como primer dirigente el Profesor Luis Chávez Orozco, sólo que al no poder resistir los embates del gobierno y de las divisiones internas, por lo que sólo dirigió el Sindicato por espacio de año y medio.
A partir de 1952 cuatro líderes morales han estado detrás de los dirigentes sindicales en turno, la primera camarilla la encabezó Manuel Sánchez Vite (1952 – 1955) la segunda Jesús Robles Martínez de 1955 a 1972, la tercera con Carlos Jonguitud Barrios de 1972 a 1989 y la cuarta que fue la etapa de Elba Esther Gordillo Morales de 1989 hasta febrero de 2013. Fecha en que la sustituye mediante una visible traición Juan Díaz de la Torre. Ahora sabemos que el gobierno dio el golpe contra Elba Esther para darse una imagen justiciera, pero en realidad preparó el terreno para la aplicación de la llamada reforma educativa que tenía la clara intención de privatizar la educación de México.
Dentro del SNTE los líderes charros siempre fueron un pilar de los gobiernos autoritarios gracias al control político de sus agremiados, mientras el gobierno quiso pudieron enriquecerse con la venta de plazas, cuotas sindicales y otros negocios, se dedicaron también a la persecución y hostigamiento de los disidentes.
Juan Díaz de la Torre era el número dos de Elba Esther Gordillo, y al ser detenida la maestra, su “segundo” no dudó en traicionarla y quedarse al mando del sindicato y apoyar en todo al gobierno que la encarceló. Díaz de la Torre asumió el liderazgo de segundo del SNTE por voluntad de Elba Esther Gordillo, y nombró como Coordinador del Colegio Nacional de Administración y Finanzas a Alfonso Cepeda Salas, quien ya era miembro del CEN del sindicato desde 1988, durante la gestión de Gordillo. En síntesis: Díaz de la Torre llegó al liderazgo del SNTE de la mano de Elba Esther Gordillo, a quien traicionó, pero aun sin ella mantuvo a flote el negocio sindical.
Alfonso Cepeda Salas, actual secretario general del SNTE, era el hombre de confianza de Juan Díaz de la Torre, a quién éste le heredó el cargo luego de su estrepitosa derrota electoral en los comicios de julio del año pasado, en los que ni siquiera pudo lograr una diputación federal, muy a pesar de encabezar la lista de los diputados plurinominales. Su encomienda al nuevo líder fue la del estilo de siempre: mutar de piel ante el nuevo escenario político del país.
Tanto Díaz de la Torre como Cepeda Salas traicionaron a Elba Esther, y ahora que Gordillo da señales de no estar acabada totalmente y amenaza con retomar el liderazgo sindical del magisterio, Cepeda busca el cobijo del gobierno actual.
Recientemente Cepeda publicó un comunicado en el que dice: “coincidimos con el Presidente de México en que la educación es la base de un desarrollo nacional integral e incluyente, para lograr la Cuarta Transformación”. E incluso apoyan la abrogación de la reforma educativa peñista. Eso no es nuevo en el comportamiento de la dirigencia del SNTE, así nació, así se han comportado y así se han acomodado al gobierno en turno. Sabemos que nada es cierto, nuevamente el oportunismo es el estilo de la dirigencia del SNTE, pues la reforma que ahora convocan a abrogar fue la misma que votaron sus diputados maestros en el 2013.
Su modo de actuar igual que en 2013 es por miedo, en aquella ocasión miedo al gobierno de Peña Nieto. Ahora continúa su traición por miedo a Elba Esther. Pero también por miedo a las nuevas reglas que para elegir dirigentes tendrá el SNTE. Elecciones libres, con voto universal directo y secreto, escenario que seguro no los favorecerá.
Es por eso que de los líderes nacionales del SNTE los maestros poco podemos esperar y menos de los líderes seccionales en los estados, que además de obedecer ciegamente los mandatos de la dirigencia nacional, ni siquiera tienen idea política de qué hacer en momentos de crisis sindical, dedicando su agenda a actividades deportivas, sociales y de frívolas francachelas, que en nada fortalecen al gremio ni benefician a los trabajadores. Los actuales mandamases del SNTE sólo ven por su supervivencia y el negocio, jamás por los maestros.
Es imperativo que los maestros de México impulsemos el voto universal, directo y secreto. Con ello contribuiremos a que surjan verdaderos liderazgos al servicio de los agremiados y evitar que estén al frente de la organización líderes sumisos y simuladores, además de evitar el regreso de la corrupción que encabezó durante 23 años la Profesora Elba Esther Gordillo Morales.
Guillermo Orozco Rodríguez.- A 13 de Mayo de 2019.