POR: SAMUEL CEPEDA TOVAR
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¿Importa realmente el color de piel de Jesús de Nazareth? ¿Importó el color de piel de la virgen de Guadalupe en su impacto y trascendencia para el pueblo mexicano? ¿Importa realmente el color de piel para generar estereotipos de líderes o simplemente para establecer grados de supremacía de una raza con respecto a otra? Desde luego que son preguntas que deben responderse con algo más que fanatismo o ceguera incondicional motivada por cuestiones emocionales. Empecemos por el caso de la virgen de Guadalupe; pues la metamorfosis de Tonanzin en Guadalupe, con rasgos físicos europeos, pero con color de piel oscura dentro de una sociedad de mestizos, negros, mulatos e indios tuvo un impacto importante para que las personas de piel oscura sintieran atracción hacia esa figura y alimentaran sin duda alguna el movimiento iniciado por los criollos y para el cual necesitaban irremediablemente el apoyo de las castas, negros e indios para que fungieran como carne de cañón. Para este caso, el color definitivamente importó, pues dudo mucho que estas razas de piel oscura hubieran seguido a una virgen de piel blanca, por el simple hecho de no sentirse identificados. Sobre si el color de piel importa para generar percepciones de grados de supremacía de un color de piel sobre otro, solo es necesario acudir a la historia de la humanidad para dar respuesta a esta interrogante: Hitler, intentó erradicar a todos aquellos que no pertenecieran a la raza aria, pues era un convencido de la superioridad de las personas con esas características. El Apartheid en Sudáfrica, mejor conocido como segregación racial, es una clara muestra de la locura de miles de hombres que sostenían la idea de que la piel blanca era por mucho superior a la piel oscura. Movimientos en el mundo como el KKK, en Estados Unidos reivindican la supremacía blanca. Basta tan solo con echar un vistazo al reciente filme del llamado “libro verde”, que era una especie de guía que señalaba solo aquellos lugares como hoteles y restaurantes que eran seguros para la gente de color en los Estados Unidos. Es cierto que las legislaciones actuales en la mayor parte del mundo han establecido contenidos tendientes a erradicar la discriminación por razones, entre otras, de color de piel, no obstante, siguen existiendo miles de personas que discriminan o hacen menos a personas por el hecho de tener piel oscura en una distorsionada idea de que el color resta o suma importancia y belleza a una persona. Abordando ahora la parte más importante de las preguntas glosadas al inicio de esta columna: ¿Importa realmente el color de piel de Jesús de Nazareth? Primero, es menester señalar que la religión cristiana fue impuesta por medio de la violencia en nuestro país, pues la conquista española se encargó de eliminar a todas las deidades que adoraban los antiguos indígenas mexicanos y en su lugar inició un agresivo proceso de evangelización por parte de los conquistadores para inocularnos su religión. Los españoles, de piel blanca por naturaleza, traían consigo un Jesús a su imagen y semejanza, imposible traerá un Jesús de piel oscura como los moros que tanto odiaron y combatieron los españoles durante ocho siglos. No obstante, la Biblia no menciona en una sola línea la descripción física de Jesús, por lo cual, queda a una burda y simplona interpretación racial la imagen y el color de piel de Jesús. Quizá si atendemos al origen geográfico de Jesús, pudiéramos hipotetizar que su color de piel era oscuro, como el color de la mayoría de las personas de oriente medio. “Históricamente, el blanqueamiento de Jesús ha contribuido a que los cristianos hayan perpetrado algunos de los más terribles actos antisemitas documentados (Robyn J. Whitaker).” Por ello, respondiendo a la pregunta, la respuesta es SÍ. Por supuesto que sí importa el color de piel de Jesús, y no solo su color de piel, sino los ojos azules con los que suele representarse. Tácitamente, se esconde un sentimiento de racismo que hace que la imagen de Jesús se vea mejor, más atractiva, más aceptable con rasgos europeos, aunque académicamente todo apunte a lo contrario.