Torreon, Coah.
Edición:
09-Dic-2024
Año
21
Número:
930
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CUANDO SE ANTEPONE EL SISTEMA AL JURAMENTO DE HIPÓCRATES (Segunda parte)


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Por:
Sin Censura
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30-03-2019
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Edición:

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POR: EMILIO ALCOCER LÓPEZ

La tarde-noche de ese martes, nuevamente cambian la gasa y sale otro chorro abundante de líquido nauseabundo, olor que ya se había percibido con anterioridad.

Ah, se me pasaba comentar que desde el domingo tras la cirugía, mi hijo presentaba temperaturas de hasta 38 grados, por lo que constantemente le daban Paracetamol. Ahora entiendo de dónde provenía la calentura, como decía mi abuela, de la infección.

Miércoles 20 de marzo, entre 8 y 9 de la mañana llega el mismo médico del día anterior, ahora sé que es el asistente o practicante adjunto al especialista, le pregunta a mi hijo que cómo se siente: "más o menos" fue la respuesta de "mi cachorro".

REACCIÓN: En ese instante sentí que algo interno me subió de pies a cabeza e intervine, algunos dirían que levantando la voz o gritando, aunque a mí me pareció enfático "nada de que más o menos hijo, estás mal, tienes una infección muy fuerte en el estómago, quiero ver al especialista que lo atiende, por cierto no lo conozco ni conoce a su paciente" y agregué "qué a toda madre, él descansando y disfrutando el puente y a su paciente que se lo lleve la chingada, desde la operación no se ha parado a verlo y ahora ya tiene infección, esa es una negligencia médica", le dije al asistente.

El joven doctor trató de justificar a su "inmediato patrón", diciendo que el día de ayer martes por la mañana había estado checando a mi hijo, pero que no había ningún familiar, palabras que me "calentaron" más y le respondí que no era cierto, que en ningún momento hemos dejado solo a mi hijo, lo que pasa es que tú lo revisas, haces anotaciones y dejas indicaciones al personal para continuar con el tratamiento, a nombre del especialista, eso no se vale, es un médico que atiende con control remoto a su paciente y eso no se vale.

"Si gusta pasar a presentar su queja, está en todo su derecho", me dijo.

Ya entrado en gastos, como dicen en mi rancho, enérgicamente le manifesté que no presentaría ninguna queja con sus superiores, tengo documentado todo lo que está sucediendo desde que mi hijo ingresó al hospital y eso amerita una denuncia por negligencia médica, no es posible que ahora nos enfrentemos a una infección donde el chorro de pus es evidente y ahora salgan con que hay que cambiar las gasas.

De este incidente se dieron cuenta los pacientes y familiares aledaños, el personal de enfermería también, pero nadie dijo nada.

Pasó poco menos de media hora, mi hijo se disponía a desayunar estando en una silla de ruedas tras la noche acostado y oh sorpresa!, llegó el especialista y su asistente, el primero entraba hasta las dos de la tarde pero ahí estaba en la mañana.

Por fin lo conocí, no se identificó, solo le dijo a mi hijo que se acostara porque lo iba a revisar, de entrada le expresó que tendría dos días de ayuno.

Dada su complexión y dolor de la operación, lo ayudé para que se acostara, sin poder evitar que sudara y su respiración alterada.

En cuanto el médico le retiró la gasa llena de pus, el chorro fue más intenso, le cortó dos puntos y le "exprimió", me di cuenta de que eso seguía siendo anormal, pero para el médico era normal.

Eran dos días de ayuno y esperaría a ver el comportamiento de la infección, por ello le pregunté que si habría manera de que le hicieran algún estudio o tomografía para ver de dónde salía el líquido, contestó que la única manera es reoperando.

Usted es el médico responsable, haga lo que tenga que hacer, le dije, no se espere dos días porque no sabemos qué está pasando adentro del estómago de mi hijo.

Hay indicios de residuos fecales y esos salen del intestino, le señalé, entonces si tiene que reoperarlo, hágalo.

"No tengo elementos para reoperarlo de urgencia, vamos a esperar dos días", señaló cortante.

Pues finalmente usted es el responsable directo de lo que le pase a mi hijo, está en sus manos, concreté y me retiré.

El especialista ordenó que le hicieran curación inmediata, pero como en todo el hospital sólo hay una persona encargada de ello, se iba a tardar porque andaba con otros pacientes. Lo atendieron hasta las 4 de la tarde.

NOTA: En este momento son las 2 de la mañana del jueves 21 de marzo del 2019, terminé de redactar la odisea, lo que sucede cuando una persona se enferma en fin de semana, pero sobre todo cuando está en un "puente" o día feriado.

En 35 años que tengo trabajando en el medio periodístico, he publicado quejas, documentadas, por negligencias médicas, incluso, al escuchar a quienes se sienten afectados, llegué a pensar que exageraban en su dicho.

Hoy me tocó vivir en carne propia, sentí lo que aquellas personas en su momento denunciaron lo que consideraron una negligencia médica, créame, es impactante, desconcertante, la impotencia que se siente cuando miras a un familiar tuyo postrado en una cama de hospital, verlo sufrir, con una infección y sólamente escuchar al personal "es que es puente y el doctor viene hasta el martes".

De ninguna manera es mi deseo perjudicar a alguien que ejerce tan noble profesión, reconozco en cada médico y enfermera (o) un esfuerzo personal y hasta familiar para lograr titularse, es producto de carencias, desveladas, sacrificios, noches y días enteros de estudio; sin embargo, en hospitales de este tipo se antepone el sistema, los logros sindicales y que no te agarre un día festivo porque "el doctor viene hasta el martes, es puente".

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