POR: AGENTE 57
ARRANCAMOS…este municipio fue fundado en el año de 1577 con el nombre de “Valle de las Labores”. Es fácil de comprender que la razón fundamental fue que la superficie de los suelos que conforman el valle estaba dedicada a las tareas agrícolas, derivándose la originalidad de la denominación. Este jirón de tierra se funda simultáneamente al municipio de Saltillo, y si bien, ambos están unidos geográficamente, cada uno cuenta con sus propias características y particularidades de las cuales se tomaron dos para imponerles sus respectivas denominaciones, en nuestro vecino, un pequeño salto de agua, en éste, la generosidad de las tierras conjugada con la magnanimidad de los manantiales de agua que las regaban fue la referencia para que naciera el Valle de Las Labores, y fueron sus primeros pobladores los señores don Ginés Hernández, don Pedro Flores y el cura Baldo Cortés. En el año 1606, el municipio fue rebautizado con el nombre de Valle de San Nicolás de la Capellanía. Debo suponer que el cambio de denominación se debió a que los misioneros españoles nos legaron la bendita imagen de San Nicolás de Tolentino, circunstancia que motivó al señor don Ginés Hernández para que, apegado a su fe religiosa, instituyera una capellanía, entendiéndose la aplicación del término, en entregar una dote en efectivo al capellán de los misioneros o sacerdotes para que éstos, al momento del fallecimiento del donante, oficiaran diferentes rituales religiosos pidiendo por el descanso eterno del alma del obsequiante. Sobra decir que el número de rituales que se oficiaran eran de acuerdo con la dote recibida. Con esa denominación que duró 244 años, este municipio atestiguó una serie de episodios trascendentales, dentro de los que destacan: haber servido de cuna al más ilustre de sus hijos, ya que el día 15 de febrero de 1775 nace Miguel Ramos Arizpe; la Guerra de Independencia iniciada por Don Miguel Hidalgo y el nacimiento de México como República Federal. Hablemos de Miguel Ramos Arizpe, el hombre: nuestro ilustre antepasado nació, como ya lo consigno, en este valle de San Nicolás de la Capellanía el día 15 de febrero de 1775 y fueron sus padresel señor don Ignacio Ramos de Arreola y la señora doña Lucía Arizpe. Desde niño, se despertó en su fuero interno el inmenso deseo de cultivarse y superarse intelectualmente, lográndolo de manera muy significativa para ordenarse como sacerdote y obtener los títulos de licenciado y doctor en Cánones. Sus indudables méritos acádemicos y su vasto conocimiento de la Región septentrional Novohispana, fueron los factores fundamentales para hacer de Ramos Arizpe el representante ideal de las Provincias de Oriente ante las Cortes de Cádiz. El 22 de marzo de 1811 es admitido en el Caongreso Español y abre su exposición definiendo el cáracter de sus representados, diciendo: Vengo de la tierra donde cada vecino es un labrador, cada labrador un soldado y cada soldado un héroe y expone a su Majestad lo que estima necesario para el bien general de la Nación. Expone una serie de alternativas encaminadas al establecimiento de un gobierno que siente las bases generales de un proyecto de Constitución en la que se proclame la dignidad del hombre constituido en sociedad, que se le reconozcan sus derechos de libertad, seguridad personal y de sus propiedades, que no impere sobre los ciudadanos el despotismo y la arbitrariedad de los tiranos o dictadores y, si el gobierno y la justicia, han de caminar garantizando la prosperidad de los ciudadanos, “pido a Vuestra Majestad, en nombre de doscientos mil habitantes de las Provincias que represento, se sirva instituir un Cuerpo Gubernativo y otro, que en grado de apelación, ejerza el Poder Judicial”. Al expresar su tesis referente a la educación, Ramos Arizpe afirma: la Educación Pública es uno de los primeros deberes que debe cumplir todo gobierno ilustrado; sólo los déspotas y los tiranos sostienen la ignorancia de los pueblos para más fácilmente abusar de sus derechos. Todo lo expuesto por el señor Lic. Miguel Ramos Arizpe no fue del agrado de Fernando VII, quien por ningún motivo aceptó las tesis de nuestro ilustre representante, pues de aceptarlas, la acarrearían, como consecuencia lógica, la pérdida del poder en las Provincias de la Nueva España. Con el ánimo de convencer al preclaro mexicano de que se sometiera a sus intereses, Su Majestad, por conducto del canónigo Ostolaza, le ofreció canonijías, prebendas y privilegios, incluso una mayor jerarquía eclesiástica a la de Chantre que ostentaba en esa época. Con la jerarquía de Chantre se identificaba al canónigo que dirigía el canto en el Coro de las Catedrales. Al conocer las proposiciones que consideró indignantes, en Ramos Arizpe afloró la reciedumbre de su carácter, su tozudez así como su sensibilidad patriótica y nacionalista, y con firmeza envía su enérgica respuesta: "Yo no he salido de mi patria a mendigar favores del despotismo, la misión que se me ha conferido es de honor y no de granjerías”. Varios años de la prisión en la Cartuja Arachristi en Valencia le impusieron a nuestro representante en razón de que no lograron someterlo para que se doblegara ante la Monarquía. Ramos Arizpe pugnaba por la libertad de sus representados aun a costa de sacrificar la suya propia. En cuanto regresó a México, se reintegró a sus funciones de legislador obsesionado por desvincular a nuestra patria del imperialismo, sosteniendo acaloradas discusiones contra el grupo de radicales que encabezaba fray Servando Teresa de Mier, quienes pretendían el establecimiento de un Gobierno Centralista en vez de uno auténticamente Republicano y Federalista. Al final se impuso el criterio del grupo encabezado por Ramos Arizpe, redactando la Constitución de 1824, cuyo artículo 5°. Consigna: la Nación adopta para su gobierno la forma de República Representativa Popular Federal.
MI VERDAD.- no existe todavía el verdadero Federalismo. NLDM