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Edición:
29-Abr-2024
Año
21
Número:
902
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EL SÍNDROME DE PROCUSTO / 693


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Por:
Sin Censura
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04-03-2019
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Edición:

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POR: DANIELA CARLOS ORDAZ

@DanielaCarlos

 “La envidia es el mediador de los logros, aquél que más la padece es el que nunca ha logrado nada”.

Dice el dicho que “La envidia es el homenaje que la mediocridad le rinde al talento”, y no se equivocan, puesto que con los recientes hechos, en los cuales se hace lucir una mujer, mexicana y que además es de una cultura indígena, las opiniones de los envidiosos no se hacen esperar.

No sé si es el hecho de que quien destaque sea una mujer, o si es el hecho de que esta mujer no sea la típica cara bonita, con producción invertida en su apariencia, o con los galardones y una carrera artística de años. Sí. Me refiero a Yalitza Aparicio, mejor conocida como Cleo, por la película “Roma”.

Pero no sólo los ataques fueron dirigidos hacia ella, también lo fueron en un principio hacia la propia película, cuando empezó a ser aclamada por la crítica.

Tal pareciera que los mexicanos no estamos conformes cuando sobre sale una persona. Es aquí cuando pienso que los mexicanos, además de todas nuestras virtudes, y de nuestros defectos, sufrimos del “Síndrome de Procusto”. Y ustedes se preguntarán en qué consiste, pues bueno, este síndrome se caracteriza por la tendencia que poseen algunas personas, empresas o incluso sociedades a rechazar a aquellos con características diferentes a las propias por miedo a ser superados o cuestionados por ellos.

El miedo nos paraliza, lo había comentado en alguna de mis pasadas columnas, pero también nos hace enloquecer, y actuar de una manera inadecuada y tratando de dañar a otros. La persona en cuestión vive bajo un ambiente de mediocridad donde no avanza, pero tampoco deja que otros avancen.

Es tanta su inseguridad, que tratan de boicotear a otros, los menosprecian o los humillan, y hasta llegan a acosarlos.

Me parece tan ilógico, que a nivel mundial, ubiquen a los mexicanos por actuar como la moraleja de los cangrejos, donde uno apenas avanza, los demás lo jalan hacia abajo y no le permiten subir.

Si bien es cierto que las mujeres son las peores enemigas de otras mujeres, creo que ahora se excedieron. Criticaron tanto a esta maestra de jardín de niños, que era no creíble escuchar lo que decían. Actrices de la altura de Patricia Reyes Espíndola, mencionando que no actuaba, que simplemente se comportó como es ella. Siento decirles, que Yalitza es Profesora, no una trabajadora doméstica y que aunque así lo hubiera sido, no tiene nada de malo representar ese papel.  ¿Cuál fue su preocupación?, acaso que con una sola película llegó hasta Hollywood codeándose con estrellas de la talla de Bradley Cooper.

Cuarón, quien no es la primera vez que gana un Oscar, fue duramente criticado por hacer una película para muchos aburrida, como si de un momento a otro, todos nos hubiésemos convertido en expertos del séptimo arte.

No puedo entender, por qué critican y solo critican, pero no hacen nada por ser mejores ellos mismos, porque si así fuera, no estarían criticando la vida y obra de otras personas.

Yo casi lloro de la emoción cuando se ganaron los tres premios en la noche que todos esperan en Hollywood, la entrega de los tan preciados Oscares.

Y si por un momento, todos los mexicanos, nos uniéramos para hacer brillar a otros mexicanos, y solo por un momento, las mujeres, nos uniéramos para hacer brillar y apoyar a otras mujeres; que bonito sería, que utopía tan más grande. Conozco a una persona así, es una mujer en toda la extensión de la palabra, se llama Paulina y es mi amiga, y antes de hablar mal de otras personas y sobre todo de otras mujeres, prefiere tratar de entender su comportamiento y se abstiene por respeto a dichas personas. Se alegra enormemente por los triunfos de otras mujeres y celebra los cumplidos que se les hacen, a hombre y mujeres por igual. Además, ella misma hace mención de las virtudes, capacidades y habilidades que ve en otros cada vez que se puede.

¿Cuántos de nosotros actuamos de dicha manera? ¿Cuántos de nosotros le decimos a alguien algo bonito o agradable sobre su persona? Creo que no lo decimos ni a nuestra propia persona. Tratemos de poner en práctica el regalar elogios hacia otros, empezando por nosotros mismos por las mañanas. Admiración no es sinónimo de debilidad o de inferioridad, es muestra de reconocimiento de que otros son mejores que nosotros y que sabemos apreciar lo bueno en los demás.

Y para qué son las alas, sino más que para volar…

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