UN PRESIDENTE QUE UNIFIQUE; NO QUE DIVIDA
El Presidente Andrés Manuel López Obrador, en lo que lleva en el Gobierno -casi tres meses-, ha generado reacciones entre los mexicanos, que van de júbilo, aceptación, resignación y enojo (entre otros sentimientos, como rabia, odio y rechazo total).
Si bien es cierto que la luna de miel entre los millones de seguidores y él, apenas comienza, se advierten signos de escepticismo, dudas, temores y miedos entre quienes no votaron por él, que no aceptan muchas de las medidas que ha tomado y los anuncios que ha hecho.
Y es que, por ejemplo, un grupo de intelectuales, periodistas, académicos y organizaciones que han criticado muchas de las decisiones del Presidente, lanzaron una convocatoria para formar un grupo, se convierta en un contrapeso, para equilibrar y no aceptar ciegamente las decisiones y acciones de López Obrador, pues, ven señales de centralismo y autoritarismo en algunas de ellas, desde la de la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México; pasando por una consulta a modo, como la que se acaba de realizar en Morelos sobre la Planta Termoeléctrica de Huexca, donde hubo violencia y los resultados de la llamada consulta, no fueron los esperados, dado que, quienes la organizaron, también contaron los votos.
En estos meses, también se han visto cosas casi inexplicables, dado que antes y en campaña, Andrés Manuel era un duro crítico de la mafia del poder y prometió que habría castigo contra los excesos cometidos por esa mafia (políticos, funcionarios, empresarios y demás), pero ahora, cambió radicalmente y dice que no va a castigar a nadie, que borrón y cuenta nueva, en una clara contradicción, porque todos los días en sus conferencias mañaneras, destapa fraudes, robos al erario, excesos en gastos para lujos de políticos y ex funcionarios, pero no se actúa y, dicho sea de paso, sobre el ex Presidente Peña Nieto, no ha hecho ningún señalamiento, denuncia o crítica hacia su persona, cuando los millones de personas que votaron por AMLO, fueron indignados testigos de los excesos de EPN, de su familia y de sus colaboradores.
Lo mismo sucede sobre la “estafa maestra”, que cada día crecen los escándalos y los miles de millones que se fueron a empresas fantasmas; ya se ha mencionado la compra de las 700 pipas sin licitación y sin cumplir con las normas; ya mencionó AMLO, que en el proyecto del Tren Maya, la mayor inversión, será con recursos de la iniciativa privada y que se entregarán los contratos sin licitación de por medio; está el anuncio del cambio de sede de la Secretaría de Turismo a Quintana Roo, cuando es a todas luces una muy mala idea, cosa que los organismos de la Iniciativa Privada le han hecho ver; la intervención constante del Presidente sobre los organismos independientes, a quienes prácticamente ha desmantelado y quitado autonomía, como es el Conacyt, el INE, el Inai, entre otros.
Por otro lado, están los casos de Elba Esther Gordillo y su familia, a quienes no solo no castigó por el saqueo del SNTE, sino que les dio patente de corso, para que creen otro partido que llevará su imagen; o Napoléon Gómez Urrutia, que no solo regresó del “exilio”, sino que los hizo Senador y ahora, no solo recuperó el control del Sindicato minero, sino que creó una organización internacional y está generando conflictos en las empresas asentadas en la frontera de Matamoros, Tamaulipas; la semana pasada, hubo críticas a López Obrador, por querer que se tuerza la Ley electoral, para que el Partido Encuentro Social (PES), que lo apoyó en las elecciones pero que perdió su registro, ahora lo pueda recuperar; se critica también, la pasividad y permisividad con que ha tratado a la CNTE, que no ha dejado de bloquear carreteras, vías de ferrocarril, y, a pesar de que ya se les entregaron cientos de millones de pesos, ahora ya pusieron su campamento frente a la Secretaría de Educación, para presionar para que la Reforma Educativa sea derogada; el Presidente no se ha detenido en criticar a las Organizaciones no Gubernamentales, sino que, además, de manera general, les ha retirado todos los apoyos; lo mismo pasó con las estancias infantiles que manejaba Sedesol, pues, de un plumazo, las desapareció, sin tener un diagnóstico objetivo de por medio, entre otros temas que ya se conocen.
Pues bien, por todo esto y lo que está por venir, el grupo arriba mencionado, que se quiere convertir en una organización que una a la sociedad civil, para que participe en las tomas de decisiones, fue calificada por el Presidente, como “ternuritas”, en una clara falta de respeto, pues no solo los insultó, sino que los descalificó abiertamente. Les recomendó, y les pidió que no hagan el ridículo y hasta les aconsejó que hagan una escuela de cuadros para crear una nueva clase política conservadora. Ah, pero eso sí, el Jefe del Ejecutivo Federal se dijo respetuoso de ese grupo de contrapeso a su administración, incluso dijo que es legítimo y garantizará su derecho a disentir.
Esta actitud no une, divide.