POR: SAMUEL CEPEDA TOVAR
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Jamás me quedó claro el sentido de aquella frase chabacana usada por el entonces candidato panista, que no era panista sino “udecista”, y ahora es diputado federal, Evaristo Lenin Pérez, cuando aseguraba que con el “hablaría el norte.” Desde luego que se trataba de una frase metafórica, no literal, no obstante, hasta la fecha sigo sin entender. Las propuestas del entonces candidato eran algunas absurdas, otras esperanzadoras, no obstante, el tiempo nos ha mostrado algunas realidades sobre el desempeño de este político que ha dejado mucho que desear en sus exiguos resultados como diputado federal. Comencemos por lo absurdo: no puedo olvidar esa propuesta tan temeraria y tan fuera de lugar en que el aducido proponía la gratuidad en la autopista de cuota de Allende-Rosita; y en la que aparecía asegurando que se trataba de una injusticia aquél cobro que se hacía a los usuarios de esa vía de comunicación. Desde luego que la idea era solo atraer votos, de otra forma denotaba una ignorancia alarmante que inquietaba ante la posibilidad de que obtuviera la curul. Difícil, si no es que imposible, arrancarle a un particular una concesión entregada por CAPUFE, sobre todo si existe una vía alterna, la carretera libre, que une a las ciudades en mención. El Estado está obligado a construir una vía de comunicación gratuita entre las dos ciudades, y ante el cumplimiento de la obligación, puede aparecer una segunda o tercera vía administrada por un concesionario que cumpla con los requisitos legales establecidos por la autoridad, y cobrar lo que guste siempre y cuando alguien esté dispuesto a pagar por el servicio. La propuesta de la gratuidad de la autopista era por demás absurda y quedará en las clásicas promesas de un político que se vale de todo para obtener votos. Otra de sus declaraciones; en cuanto a la región Carbonífera, fue que no había suficiente diversificación industrial y económica. Al respecto, el legislador presentó una iniciativa para impedir la fractura hidráulica para la extracción de gas, mejor conocida como Fracking, misma que se ha presentado como un detonador de crecimiento industrial que traería consigo crecimiento y desarrollo económico. Con dicha acción, el legislador parece ir en contra del desarrollo económico de la región. El problema es peor, pues no solo atenta contra el desarrollo, sino que no propone acciones para detonar esa “diversificación industrial” que pudo analíticamente detectar como ausente en sus caminatas durante la campaña electoral. Finalmente, el legislador se cuelga de iniciativas y acciones que estuvieron fuera de su discurso en campaña, pero que con la tendencia del nuevo gobierno federal, hace suyas ante la sequía de propuestas que realmente beneficien al distrito que le dio la victoria; pues afirmó en septiembre del año pasado, que solo esperaba el visto bueno del presidente AMLO, para votar a favor de la eliminación del impuesto a las gasolinas, así como la disminución del ISR en los salarios que asciendan a determinada cantidad, es decir, solo espera línea sobre acciones que jamás pasaron por su mente o sobre las cuales no hizo compromiso formal, tal cual lo hizo con la gratuidad de la autopista concesionada. Si cuando mencionaba la frase “que hable el norte” se refería a que él sería la voz de necesidades regionales que serían atendidas de inmediato, me parece que esa voz se ha quedado muda, y en su lugar nos ha ofrecido iniciativas que atentan contra el desarrollo regional, además de que no ha logrado delinear una sola acción para detonar el crecimiento económico. El norte se ha quedado mudo.